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Reparación de Frenos Ruidosos en Carro: Causas y Soluciones

  • Autolab / Averías

No hay muchas cosas más irritantes que lidiar con frenos ruidosos en tu vehículo. Imagina la escena: estás conduciendo por la calle y te acercas a una intersección o a una parada. Al aplicar los frenos para reducir la velocidad, te recibe un chirrido, un rechinido o algún otro sonido molesto que atrae la atención de todos a tu alrededor. Es una experiencia incómoda, especialmente cuando sabes que los frenos de tu carro son relativamente nuevos y aún no deberían necesitar reemplazo. La buena noticia es que, si tus frenos están en buen estado, a menudo puedes reparar el problema sin tener que cambiarlos por completo.

Parte 1 de 8: ¿Qué causa el ruido en los frenos?

Los frenos de tu automóvil pueden producir distintos tipos de ruido debido a varias razones. Tanto los frenos de tambor como los de disco pueden presentar problemas que se manifiestan en forma de chirridos, rechinidos u otros sonidos molestos. Aquí te explicamos algunas de las causas más comunes:

  1. Frenos desgastados: Cuando el material de las pastillas o zapatas de freno se desgasta más allá del límite recomendado, es probable que empiecen a hacer ruido. Las pastillas de freno de baja calidad tienden a generar más calor, lo que puede causar que se formen capas de material endurecido, un fenómeno conocido como vidriado o cristalizado. Este vidriado o cristalizado hace que las pastillas y el rotor (en frenos de disco) o el tambor (en frenos de tambor) se endurezcan y brillen, produciendo un sonido molesto. Además, si las pastillas están muy desgastadas, el sensor de desgaste puede entrar en contacto con el rotor, generando un chirrido agudo. En casos extremos, el desgaste completo del material puede provocar un rechinido continuo.

  2. Frenos sucios: La acumulación de polvo de frenos y otros contaminantes en los sistemas de frenos de disco y tambor puede causar ruidos. El polvo y la suciedad pueden hacer que los frenos funcionen de manera irregular, generando sonidos no deseados. Esto es especialmente común en los frenos de tambor, donde el polvo se acumula dentro del tambor mismo, afectando el rendimiento de los frenos.

  3. Instalación de pastillas de freno inadecuadas: Si se han instalado pastillas de freno con material inadecuado, el ruido es una posible consecuencia. En este caso, la única solución es reemplazar las pastillas con las adecuadas para tu vehículo.

  4. Falta de lubricación: Los frenos deben estar correctamente lubricados al momento de la instalación. La falta de lubricación puede causar que las partes móviles de los frenos rocen entre sí, produciendo ruidos molestos.

  5. Frenos sobrecalentados: El calor excesivo puede endurecer los frenos y provocar ruidos. Esto puede suceder si conduces el vehículo de manera agresiva o si los frenos de tambor no están ajustados correctamente. El sobrecalentamiento también puede afectar la eficacia de los frenos y, en casos graves, causar daños permanentes.

Si encuentras que tus frenos están desgastados o si se ha utilizado material de freno incorrecto, será necesario reemplazarlos siguiendo las recomendaciones del fabricante para garantizar un funcionamiento óptimo y seguro.

Parte 2 de 8: Preparación para trabajar en los frenos

Antes de comenzar a trabajar en los frenos de tu automóvil, es crucial reunir todos los materiales y herramientas necesarios. Esto te permitirá realizar el trabajo de manera más eficiente y segura. Aquí te dejamos una lista de los elementos que necesitarás:

  1. Dados de cabeza Allen y de cabeza Torx: Estos dados son esenciales para aflojar y apretar los tornillos que sujetan las partes de los frenos.

  2. Spray limpiador de frenos: Este limpiador es útil para eliminar el polvo de frenos, grasa y otros contaminantes de las partes de los frenos, asegurando que todo funcione correctamente.

  3. Destornillador de cabeza plana: Se utiliza para hacer palanca o ajustar tornillos con ranura, especialmente en las partes más pequeñas o difíciles de alcanzar.

  4. Gato de suelo: Necesario para levantar el vehículo y acceder a las ruedas y frenos. Asegúrate de usar un gato de buena calidad que pueda soportar el peso de tu automóvil.

  5. Soportes de gato: Una vez que el vehículo esté levantado con el gato, coloca los soportes de gato debajo del chasis para asegurar el automóvil y evitar que se caiga mientras trabajas.

  6. Alicates (ajustables): Utilizados para sujetar o ajustar diferentes partes de los frenos, como los pasadores o abrazaderas.

  7. Papel de lija (grano 800): Para lijar suavemente las superficies de contacto de los frenos y los discos o tambores, ayudando a eliminar irregularidades y mejorar el contacto.

  8. Grasa de freno de silicona: Asegúrate de utilizar grasa de silicona para lubricar las partes móviles de los frenos, ya que es resistente a las altas temperaturas y a los productos químicos de los frenos.

  9. Trinquete con dados métricos y estándar: Estos se utilizan para apretar o aflojar los pernos y tornillos en los frenos. Asegúrate de tener una variedad de tamaños para adaptarte a los diferentes pernos del sistema de frenos.

  10. Llave de torsión: Importante para ajustar los pernos y tornillos a su par de apriete específico, garantizando que no estén ni demasiado apretados ni demasiado sueltos.

  11. Cuñas para ruedas: Coloca cuñas detrás de las ruedas no elevadas para evitar que el vehículo se mueva mientras trabajas en los frenos.

  12. Cepillo de alambre: Ideal para limpiar el polvo de frenos y la suciedad de los discos o tambores. Es útil para eliminar cualquier residuo antes de volver a montar los frenos.

  13. Percha de alambre: Utilizada para colgar las partes del freno (como las pinzas) mientras trabajas en el sistema, evitando que cuelguen del conducto de freno y se dañen.

Tener estos materiales a la mano te permitirá trabajar de manera más organizada y eficiente en la reparación o mantenimiento de los frenos de tu vehículo.

Parte 3 de 8: Identificación de la ubicación del ruido.

Para solucionar un problema con los frenos, primero debes identificar con precisión de dónde proviene el ruido. Para ello, contar con la ayuda de una persona adicional es fundamental.

Paso 1: Solicita a tu asistente que conduzca el vehículo en una calle tranquila y sin tráfico. Ponte en una posición segura, como en la acera, y pide a su asistente que pase cerca de usted mientras aplica los frenos.

Presta mucha atención al sonido que se produce y trata de determinar de qué área del vehículo proviene el ruido. Escucha detenidamente y observa si el sonido se manifiesta de manera más notoria en el lado derecho o izquierdo del automóvil.

Es recomendable que tu asistente conduzca el vehículo en ambas direcciones, para que pueda evaluar el ruido desde diferentes ángulos. Esto te ayudará a identificar si el problema se origina en los frenos delanteros o traseros.

Una vez que hayas ubicado la fuente del ruido, puedes comenzar con la reparación. Recuerda que cualquier ajuste o reparación debe realizarse en ambos lados del vehículo para garantizar un funcionamiento uniforme. Por ejemplo, si el ruido proviene del lado delantero derecho, asegúrate de revisar y reparar también el lado delantero izquierdo para mantener la paridad en el sistema de frenos.

Parte 4 de 8: Preparación del Vehículo para la Reparación de Frenos

Paso 1: Estaciona el vehículo sobre una superficie plana y dura. Es importante que el terreno esté nivelado para evitar que el carro se mueva. Asegúrate de que la transmisión esté en la posición de “Estacionamiento” si es automático, o en “Primera” si es manual, para que el vehículo no ruede mientras trabajas en él.

Paso 2: Coloca cuñas o bloques alrededor de las llantas que no se van a levantar. Esto ayudará a prevenir cualquier movimiento accidental del vehículo durante el proceso de elevación.

Paso 3: Afloja las tuercas de las ruedas que vas a retirar, girándolas aproximadamente ¼ de vuelta. Hacer esto mientras el vehículo aún está en el suelo facilita el afloje de las tuercas, ya que el peso del carro mantiene las ruedas estables.

Paso 4: Levanta el vehículo utilizando un gato de piso. Ubica el gato en los puntos de apoyo recomendados para tu modelo específico de automóvil. Eleva el vehículo hasta que las ruedas estén completamente separadas del suelo, haciéndolo de manera segura y controlada.

Paso 5:Description of image Coloca los soportes del gato debajo de los puntos de apoyo. Estos soportes proporcionan estabilidad adicional y evitan que el vehículo se caiga mientras trabajas en él. Una vez colocados, baja el vehículo lentamente sobre los soportes, asegurándote de que queden bien posicionados y firmes.

Paso 6: Finalmente, retira las tuercas completamente y quita las ruedas. Ahora tendrás acceso a los componentes de los frenos que necesitan revisión o reparación.

Parte 5 de 8: Frenos de disco ruidosos

Paso 1: Retira los dos pernos de montaje de la pinza de freno. Para hacerlo, utiliza una matraca o ratchet y el dado adecuado para aflojarlos. Estos pernos mantienen la pinza en su lugar, así que es importante aflojarlos completamente sin dañar las roscas.

  • Consejo: Si al intentar aflojar el perno, notas que gira también la corredera, utiliza alicates ajustables para sujetar el pasador deslizante de la pinza en su lugar. Esto evitará que el perno se mueva junto con la corredera, facilitando su extracción.

Paso 2: Una vez que hayas retirado los pernos, cuelga la pinza de freno usando un gancho de alambre o una cuerda resistente. Asegúrate de que la manguera del freno no esté tensa ni estirada. Esto es crucial para evitar dañar la manguera y garantizar que el sistema de frenos funcione correctamente una vez que todo esté vuelto a montar.

Paso 3: Ahora, retira las pastillas de freno de la pinza o del soporte de las pastillas de freno. Las pastillas están diseñadas para ser removidas fácilmente, pero es importante hacerlo con cuidado para no dañar otros componentes del sistema de frenos.

Paso 4: Inspecciona minuciosamente las pastillas y los discos de freno. Busca grietas, puntos calientes (zonas descoloridas que indican sobrecalentamiento) y cualquier signo de desgaste irregular. Si encuentras grietas o puntos calientes, es un indicio de que los frenos están dañados y necesitan ser reemplazados para asegurar un rendimiento óptimo y seguro.

Paso 5: Lija la superficie de fricción de las pastillas de freno con papel de lija de grano 800. Lija de manera uniforme para eliminar cualquier acumulación de residuos y para preparar una superficie adecuada para un contacto efectivo con el disco de freno. Esta acción ayuda a mejorar el rendimiento de frenado y reduce el riesgo de ruidos o vibraciones.

Paso 6: Rocía las pastillas de freno con un limpiador específico para frenos. Este limpiador eliminará cualquier residuo de polvo o grasa que pueda interferir con el rendimiento de los frenos. Deja que las pastillas se sequen completamente antes de continuar con la instalación.

Paso 7: Limpia el área de montaje de los frenos utilizando un cepillo de alambre. Elimina cualquier suciedad, corrosión o restos de frenos viejos en la superficie de montaje de las pastillas y en los clips. Una superficie limpia asegura que las nuevas pastillas se asienten correctamente y funcionen de manera eficiente.

Paso 8: Lubrica las áreas necesarias aplicando una capa delgada de grasa de silicona para frenos en la parte trasera de las pastillas y en los clips. La grasa de silicona reduce la fricción y el ruido, y asegura que las pastillas se deslicen suavemente dentro de la pinza.

Paso 9: Reinstala las pastillas de freno en su posición original. Asegúrate de que las pastillas encajen perfectamente en la pinza y el soporte, y que estén bien asentadas. Esto garantizará un funcionamiento correcto del sistema de frenos.

Paso 10: Vuelve a montar la pinza de freno en su lugar. Coloca los pernos de montaje y ajústalos según las especificaciones del fabricante. Es importante que los pernos estén bien ajustados para asegurar que la pinza esté firmemente sujeta y funcione adecuadamente.

Con estos pasos, el sistema de frenos estará en óptimas condiciones para ofrecer un rendimiento seguro y eficiente.

Parte 6 de 8: Frenos de tambor ruidosos

Paso 1: Retira el tambor de freno tirando de él desde el cubo o el eje. Si el tambor no se desliza fácilmente, golpea suavemente con un martillo entre los pernos de la rueda para aflojar la corrosión. Es importante no golpear directamente los pernos, ya que esto podría dañarlos.

  • Consejo: En algunos vehículos, es necesario retirar y reinstalar los rodamientos del tambor de freno. Consulta las instrucciones del fabricante para saber cómo engrasar y ajustar correctamente los rodamientos para tu vehículo específico.

Paso 2: Una vez que hayas retirado el tambor, vacía el polvo de freno que pueda haberse acumulado en su interior. Coloca este polvo en un recipiente adecuado para su disposición.

  • Advertencia: Al retirar el tambor, es posible que liberes polvo de freno en el aire. Trata de evitar inhalar este polvo, ya que puede ser perjudicial para la salud. Si es necesario, utiliza una mascarilla para protegerte.

Paso 3: Limpia a fondo los frenos. Usa un limpiador específico para frenos para limpiar las zapatas y los componentes del tambor. Asegúrate de eliminar toda la suciedad y los residuos de freno para mantener un rendimiento óptimo.

Paso 4: Lija la superficie de fricción de la zapata de freno utilizando papel de lija. Lija de manera uniforme hasta que la superficie esté suave, lo que ayuda a mejorar el contacto con el tambor y a reducir ruidos y vibraciones.

Paso 5: Rocía nuevamente las zapatas de freno con el limpiador de frenos. Esto eliminará cualquier residuo restante y ayudará a asegurar que las zapatas estén completamente limpias. Deja que las zapatas se sequen completamente antes de continuar con la instalación.

Paso 6: Reinstala el tambor de freno. Si notas que el tambor encaja de manera suelta o se puede girar fácilmente sin resistencia, es necesario ajustar los frenos de tambor.

  • Nota: No todos los frenos de tambor tienen un ajuste manual. Verifica el tipo de sistema de freno en tu vehículo antes de proceder con el ajuste.

Para ajustar los frenos de tambor:

  1. Retira el tambor de freno nuevamente si es necesario para acceder al ajustador.

  2. Ubica el ajustador de freno. Este componente se parece a una rueda dentada y se encuentra dentro del tambor.

  3. Gira el ajustador dentado con un destornillador plano. El ajustador debe girar en una sola dirección y hacer clic al girar.

  4. Gíralo solo unos pocos clics a la vez. Reinstala el tambor de freno entre intervalos para verificar el ajuste. Repite el proceso hasta que sientas una ligera resistencia de las zapatas al contactar con el tambor.

Parte 7 de 8: Finalizando el servicio

Paso 1: Reinstala las ruedas en el vehículo. Coloca cada rueda en su posición y ajusta las tuercas en un patrón estrellado para asegurar una distribución uniforme de la presión. Esto ayuda a evitar deformaciones en el tambor o en el disco de freno.

Paso 2: Baja el vehículo al suelo con cuidado. Asegúrate de que todos los soportes del gato y el equipo de elevación se retiren antes de bajar el vehículo.

Paso 3: Ajusta completamente las tuercas de las ruedas. Utiliza un patrón estrellado para apretar las tuercas, siguiendo las especificaciones del fabricante. Esto asegura que las ruedas queden bien fijas y evita cualquier posible desbalanceo.

Paso 4: Realiza una prueba de los frenos. Conduce el vehículo con precaución y verifica que los frenos funcionen correctamente. Asegúrate de que el pedal de freno tenga una respuesta firme y que el vehículo frene de manera eficiente. Si notas algún problema, como ruidos inusuales o una respuesta irregular, revisa el sistema de frenos nuevamente.

Parte 8 de 8: Si el problema persiste

Si el ruido de freno sigue presente o regresa después de la reparación, es señal de que podría haber problemas imprevistos con el sistema de frenos. En este caso, es crucial realizar una inspección más detallada.

Posibles Problemas:

  • Desgaste Adicional: Es posible que las pastillas o los discos de freno estén desgastados más de lo previsto y necesiten ser reemplazados.
  • Problemas en Componentes Adicionales: El problema podría estar relacionado con otros componentes del sistema de frenos, como el cojinete del cubo, el eje, o incluso la transmisión.

Siguiente Paso: Si el problema persiste, es recomendable buscar la ayuda de un mecánico certificado. Un profesional cualificado como los de Autolab podrá realizar una inspección exhaustiva del sistema de frenos y diagnosticar cualquier problema subyacente que pueda estar causando el ruido. Asegúrate de proporcionar detalles sobre el problema para que el mecánico pueda realizar una evaluación precisa y eficaz.

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