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3 julio, 2024 - Lectura 3 minutos.
3 julio, 2024 - Lectura 3 minutos.
Autolab / Consejos
Cuando pisas el freno, esperas que tu carro reduzca la velocidad de inmediato. Si eso no pasa, podría haber algún problema con uno de los varios componentes que forman el sistema de frenos. Los discos de freno, que son los que las pastillas de freno agarran para detener el carro, pueden desgastarse con el tiempo y tal vez necesiten ser reemplazados. Si has notado alguno de estos signos, es posible que sea el momento de cambiar los discos de freno.
Si sientes vibración en el volante cuando reduces la velocidad, tus rotores podrían estar indicando problemas. Cuando pisas el freno y las pastillas de freno presionan los rotores, estos se calientan mucho. Naturalmente, este calor puede hacer que los rotores se desgasten y, con el tiempo, esto podría provocar un descentramiento excesivo o rotores «deformados». Dado que las pastillas de freno presionarán sobre una superficie que no es lisa, el frenado y la dirección tampoco se sentirán suaves. ¿El resultado? Un volante que vibra.
Un pedal de freno que vibra suele ir acompañado de un volante que también vibra. Si sientes pulsaciones o temblores en el pedal del freno cuando reduces la velocidad, esto podría ser una señal de que los rotores del freno están dañados, «deformados» o vidriados.
Los rotores son discos que trabajan junto con las pastillas de freno para detener el vehículo. Con el tiempo y el uso constante, los rotores pueden deformarse debido al calor excesivo o al desgaste irregular. Cuando los rotores están deformados, las pastillas de freno no pueden hacer contacto de manera uniforme con la superficie del rotor, lo que provoca esa sensación de temblor o pulsación en el pedal del freno.
Otra posible causa de las vibraciones en el pedal de freno es la «vidriación» de los rotores o las pastillas de freno. La vidriación ocurre cuando las superficies de los frenos se sobrecalientan y se vuelven lisas y brillantes, como si estuvieran cubiertas de una capa de vidrio. Esto reduce la fricción necesaria para detener el vehículo de manera efectiva, causando una sensación de temblor cuando se aplican los frenos.
En cualquier caso, un pedal de freno vibrante no debe ser ignorado. Es una señal de que algo no está funcionando correctamente en el sistema de frenos y debe ser inspeccionado y reparado lo antes posible para garantizar tu seguridad en la carretera. Si experimentas estos síntomas, es recomendable llevar tu vehículo a un taller mecánico de confianza, como Autolab, donde técnicos especializados pueden diagnosticar y solucionar el problema de manera adecuada.
Si alguna vez has escuchado un chirrido intermitente al frenar, sabes que puede ser tan molesto como el sonido de clavos arañando una pizarra. Este chirrido no solo es irritante, sino que también es una señal de que algo no está bien con los frenos de tu carro.
El sonido ocurre por varias razones:
Si escuchas un chirrido intermitente al frenar, no lo ignores. Es la manera en que tu carro te está diciendo que necesita atención. Revisa tus frenos tan pronto como sea posible. Mantener el sistema de frenos en buen estado no solo evita ruidos molestos, sino que también asegura tu seguridad en la carretera.
A veces, puede que te sientas deprimido, pero cuando hablamos de la coloración azul en los rotores de freno, ¡estamos hablando de un problema mecánico, no emocional! Si tus rotores presentan un color azul, el exceso de calor, no la tristeza, es el culpable probable.
Para verificar si hay rotores azules, agáchate junto a una de las ruedas y mira detrás de los radios. ¿Ves un objeto que se parece a un disco? ¡Ese es el rotor! Si notas una coloración azulada en él, o si las pastillas de freno o la pinza tienen un color naranja quemado, es momento de inspeccionar los frenos de tu carro. El calor que causó esa coloración puede haber comprometido la eficacia del sistema de frenos.
Este problema puede surgir por mantener el pie en el freno mientras conduces, una práctica que algunas personas llaman «pisar los frenos». Los conductores que viven en zonas montañosas con pendientes pronunciadas suelen enfrentarse a esta situación con más frecuencia, ya que deben frenar constantemente para controlar la velocidad en las bajadas.
Cuando frenas continuamente, los frenos se calientan mucho. Este calor extremo puede causar que los rotores cambien de color, indicando que han sido sometidos a temperaturas muy altas. Esto no solo afecta el color, sino que también puede reducir la efectividad del sistema de frenos, ya que el calor puede deformar los rotores o dañar las pastillas de freno. Si notas estos signos, es crucial que lleves tu carro a un taller mecánico para una revisión y posiblemente un reemplazo de las partes afectadas.
Como muchas otras piezas de tu carro, los rotores de freno se desgastan con el tiempo y el uso continuo. Estos componentes son cruciales para el funcionamiento seguro del sistema de frenado, por lo que es importante estar atento a su estado y reemplazarlos cuando sea necesario.
Si sospechas que tus rotores de freno están defectuosos, hay algunos signos claros que puedes buscar:
Es fundamental llevar un registro de las inspecciones y reemplazos de los rotores de freno. Revisa tus registros de servicio para saber cuándo fue la última vez que se inspeccionaron y reemplazaron los rotores. Esto te ayudará a determinar si es momento de hacer una revisión nuevamente.
Los rotores de freno generalmente necesitan ser reemplazados cada 15,000 a 70,000 millas (aproximadamente 24,000 a 113,000 kilómetros). Sin embargo, la frecuencia exacta puede variar según:
Mantener un ojo en el estado de los rotores y realizar reemplazos cuando sea necesario no solo previene problemas mayores, sino que también garantiza tu seguridad al conducir.
La oxidación en los discos de freno es algo inevitable. De hecho, es normal que se forme óxido en la superficie cuando el carro está parado por tan solo un día. Una vez que vuelves a usar los frenos, esa fina capa de óxido se desgasta y el proceso comienza de nuevo.
El problema surge cuando el óxido se acumula tanto que la corrosión empieza a afectar el acero de los rotores, debilitándolos. Esto ocurre generalmente si el vehículo no se ha utilizado durante un tiempo prolongado. Si este es tu caso, es posible que sea necesario reemplazar el rotor del freno.
Cuando el carro no se mueve por varios días o semanas, la humedad en el aire puede hacer que se forme óxido en la superficie de los discos de freno. Si bien una capa delgada de óxido no es peligrosa y se desgasta al conducir, una acumulación excesiva puede ser perjudicial. La corrosión profunda puede comprometer la integridad del rotor, haciendo que sea menos eficiente al frenar y aumentando el riesgo de fallas.
Es importante revisar regularmente los frenos, especialmente si el carro ha estado inactivo durante un tiempo considerable. Si notas que los discos están muy oxidados o si escuchas ruidos inusuales al frenar, es recomendable llevar tu vehículo a un taller mecánico para una inspección detallada. El mecánico podrá determinar si es necesario limpiar los discos, lijarlos o, en casos más severos, reemplazarlos por completo para garantizar tu seguridad al conducir.
Escuchar un chirrido al frenar es una clara señal de que algo no anda bien con los frenos de tu carro. Este sonido puede indicar varios problemas, principalmente relacionados con el desgaste, deformación o daño de los rotores y las pastillas de freno.
El primer tipo de ruido que podrías escuchar es un chirrido conocido como «fregado de frenos». Este sonido suele ser la primera señal de advertencia de que las pastillas de freno están empezando a perder su grosor. Las pastillas de freno están diseñadas con un material especial que se desgasta con el tiempo, y cuando este material se adelgaza demasiado, empieza a producir este chirrido característico. Es una alerta temprana que te indica que es momento de reemplazar las pastillas de freno antes de que se desgasten por completo.
Si ignoras el fregado de frenos y continúas conduciendo sin reemplazar las pastillas desgastadas, el problema puede empeorar. El siguiente sonido que podrías escuchar es un raspado o chirrido más fuerte. Este ruido ocurre cuando las pastillas de freno se han desgastado tanto que la parte metálica de las pastillas comienza a hacer contacto directo con los rotores metálicos. Esto no solo produce un ruido más fuerte y desagradable, sino que también puede causar daños severos a los rotores.
Cuando llegas al punto de escuchar un raspado o chirrido fuerte, es una señal de que tanto los rotores como las pastillas de freno necesitan ser reemplazados de inmediato. Conducir en estas condiciones no solo es peligroso, sino que también puede resultar en reparaciones mucho más costosas. Los rotores dañados por el contacto metálico directo pueden requerir ser reemplazados en lugar de simplemente ser rectificados, lo que incrementa significativamente el costo de la reparación.
Si has notado algún signo de rotores de freno desgastados o defectuosos, te recomendamos llevar tu carro de inmediato a un taller para una inspección y servicio de frenos. Aunque pueda parecer que aún puedes conducir con rotores defectuosos, no es seguro hacerlo. Estos rotores ya no son fiables, y conducir, especialmente a altas velocidades, puede resultar peligroso e impredecible.
Un poco de óxido en los rotores es completamente normal. Sin embargo, las marcas distintivas o los surcos profundos no lo son. Además, una decoloración azul puede ser un signo de que los rotores están defectuosos. La presión repetida, los residuos y el calor causan desgaste con el tiempo, por lo que es importante reemplazar los rotores de freno cuando parezcan deformados, dañados o demasiado delgados. No siempre se puede juzgar un rotor por su apariencia. Puede verse bien, pero aun así causar una fuerte pulsación al frenar.
Chirridos, raspaduras y sonidos agudos son señales reveladoras de rotores de freno deformados, dañados o desgastados. Idealmente, el uso de los frenos no debería producir ningún sonido. Si comienzas a escuchar nuevos sonidos al reducir la velocidad, lleva tu vehículo a una inspección de frenos para corregir el problema lo antes posible.
Si has notado alguno de los signos mencionados anteriormente, como chirridos al frenar, ranuras en los rotores o vidriado, es hora de actuar. Estos son indicativos claros de que tus frenos necesitan una inspección profesional.
En Autolab, realizamos inspecciones de frenos para asegurarnos de que tu vehículo esté en óptimas condiciones. Durante nuestra revisión de frenos, nuestros técnicos capacitados examinarán minuciosamente el estado de tus rotores, pastillas de freno y todo el sistema de frenado.
En Autolab, nuestra prioridad es tu seguridad. Nos aseguramos de mantenerte informado durante todo el proceso y de ofrecerte soluciones claras y efectivas. Si se necesita realizar alguna reparación, discutiremos contigo todas las opciones disponibles para que puedas tomar una decisión informada.
No esperes a que los problemas de frenos empeoren. Programa tu inspección de frenos en tu taller Autolab local hoy mismo y maneja con la tranquilidad de saber que tu vehículo está en las mejores manos.
Nuestra propuesta de valor es ayudarle a nuestros clientes a gestionar eficientemente el mantenimiento de sus vehículos.
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