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3 julio, 2024 - Lectura 3 minutos.
3 julio, 2024 - Lectura 3 minutos.
Autolab / Consejos
En Autolab, siempre recomendamos utilizar la presión de las llantas que sugiere el fabricante del vehículo. Esta información esencial se encuentra en la placa de información de llantas, que normalmente está ubicada en el marco interior de la puerta del conductor. Es crucial seguir estas recomendaciones al pie de la letra y evitar desviarse de la presión indicada.
La razón principal para mantener la presión de las llantas según lo recomendado es la seguridad. Una presión incorrecta puede afectar negativamente el manejo del vehículo, la eficiencia del combustible y, lo más importante, su capacidad para detenerse de manera segura. Las llantas infladas correctamente aseguran un contacto adecuado con la carretera, mejorando la tracción y reduciendo el riesgo de deslizamientos.
Además, la presión de las llantas puede variar si se cambia el tamaño de las mismas. Si decide poner llantas de un tamaño diferente al original, es posible que necesite ajustar la presión para mantener un rendimiento óptimo. En estos casos, puede utilizar herramientas de búsqueda específicas para encontrar la presión recomendada por el fabricante para las nuevas llantas.
Para darle un ejemplo concreto, imagínese que su vehículo recomienda una presión de 32 psi (libras por pulgada cuadrada) para las llantas originales. Si usted cambia a llantas de un tamaño mayor, la presión podría necesitar un ajuste, tal vez aumentando a 35 psi para asegurar que las llantas sigan proporcionando el mejor rendimiento y seguridad posible.
Mantener la presión adecuada en las llantas no solo prolonga la vida útil de las mismas, sino que también mejora la eficiencia del combustible. Las llantas con baja presión aumentan la resistencia al rodaje, lo que obliga al motor a trabajar más y, por ende, consumir más gasolina.
Las llantas de equipo original (OE) son aquellas que vienen instaladas de fábrica en tu vehículo, diseñadas específicamente para cumplir con las especificaciones del fabricante del automóvil. Es importante entender que estas llantas no ofrecen una garantía de kilometraje. Pero, ¿por qué sucede esto?
Las llantas OE son seleccionadas por los fabricantes de vehículos para asegurar que el auto tenga un rendimiento óptimo en cuanto a manejo, comodidad y eficiencia de combustible. Estas llantas están hechas a medida para cada modelo de vehículo, teniendo en cuenta factores como el peso del auto, el tipo de manejo que se espera y las condiciones de conducción habituales.
La ausencia de una garantía de kilometraje se debe a que estas llantas están diseñadas para proporcionar un equilibrio entre varios factores, como el rendimiento, la comodidad y la seguridad, en lugar de enfocarse exclusivamente en la durabilidad o la vida útil de la llanta. Por esta razón, las llantas OE pueden desgastarse a diferentes ritmos dependiendo de cómo y dónde conduces. Por ejemplo, si conduces principalmente en carreteras en buen estado y mantienes una velocidad constante, tus llantas pueden durar más que si conduces en terrenos accidentados o realizas muchos frenados y arranques bruscos en la ciudad.
A pesar de no tener una garantía de kilometraje, tus llantas OE sí están garantizadas contra defectos de fabricación y materiales. Esto significa que, si una llanta presenta problemas debido a un defecto en su construcción o en los materiales utilizados, el fabricante te ofrecerá una reparación o reemplazo.
Para mantener tus llantas en buen estado y alargar su vida útil, es fundamental realizar un mantenimiento regular. Esto incluye revisar la presión de aire, realizar rotaciones periódicas de las llantas y asegurarte de que el balanceo y la alineación estén correctos. Además, conducir de manera cuidadosa y evitar sobrecargar tu vehículo puede ayudar a prevenir el desgaste prematuro de las llantas.
La resistencia a la rodadura es una medida que indica cuánta fuerza se necesita para mantener tus llantas en movimiento sobre la carretera. Imagina que estás empujando un carrito de supermercado: cuando el suelo está liso, es fácil moverlo, pero si el suelo es rugoso o hay obstáculos, necesitas aplicar más fuerza para seguir avanzando. Lo mismo pasa con tus llantas: la resistencia a la rodadura es como esos obstáculos que hacen que tu carro necesite más energía para moverse.
Tradicionalmente, esta resistencia se mide usando un procedimiento llamado SAE J1269. Básicamente, esto significa que se coloca una llanta contra una especie de cinta de correr gigante (llamado dinamómetro) y se mide cuánta fuerza se necesita para mantener la llanta rodando a una velocidad constante de 80 km/h (50 mph).
Cada uno de los modelos puede tener una resistencia a la rodadura diferente. Esto se debe a varios factores: el compuesto de goma usado en la banda de rodadura (la parte de la llanta que hace contacto con el suelo), la construcción de la llanta, su tamaño y hasta el diseño del dibujo en la banda de rodadura.
Para obtener una medida precisa, se necesitan al menos 3 llantas de cada modelo para hacer un buen promedio. Cada prueba de resistencia a la rodadura toma aproximadamente una hora. Si hacemos cuentas, esto significa que se necesitarían alrededor de 3900 horas, o más de 6 meses, solo para probar todos los modelos de llantas de la marca Bridgestone.
Debido a lo largo y complejo de este proceso, a menudo se estima la resistencia a la rodadura en lugar de medirla directamente para cada modelo. Estas estimaciones son realizadas por organizaciones independientes, ya que Autolab no lleva a cabo estas pruebas por sí misma. Esto explica por qué a veces los datos disponibles no coinciden exactamente con el tamaño o el diseño específico de la llanta que estás buscando.
El índice de velocidad de una llanta es una categoría que indica la velocidad máxima a la que la llanta puede transportar una carga de manera segura bajo condiciones específicas de servicio. Este sistema de clasificación se desarrolló en Europa para garantizar que las llantas pudieran manejar las velocidades a las que se someten, especialmente en carreteras rápidas como las autopistas.
La clasificación de velocidad está representada por una letra, que va desde la A hasta la Z, indicando el rango de velocidades que la llanta puede soportar. Por ejemplo, una llanta con un índice de velocidad «A» está certificada para velocidades muy bajas, mientras que una llanta con un índice de velocidad «Z» está diseñada para velocidades superiores a 300 km/h (186 mph). Esta letra no solo te dice la velocidad máxima segura, sino que también da una idea de la capacidad de rendimiento de la llanta.
Inicialmente, el índice de velocidad tenía una categoría máxima llamada «Unlimited V» que indicaba que la llanta podía superar los 210 km/h (130 mph). Sin embargo, a medida que los fabricantes comenzaron a producir llantas capaces de soportar velocidades aún mayores, surgió la necesidad de crear categorías adicionales para mantener la seguridad y el control.
Se introdujo la categoría «Limited V» para llantas que podían soportar hasta 250 km/h (149 mph) y luego la categoría «Z» para velocidades superiores. Con el tiempo, también se añadieron las categorías «W» y «Y» para cubrir velocidades de hasta 270 km/h (168 mph) y 300 km/h (186 mph), respectivamente.
El índice de velocidad se encuentra en la descripción del tamaño de la llanta, junto con el índice de carga, que indica el peso máximo que la llanta puede soportar. Por ejemplo, una llanta con la designación «225/50R17 94V» tiene un índice de carga de 94 (que equivale a 670 kg por llanta) y un índice de velocidad «V» (que indica que la llanta puede soportar velocidades de hasta 240 km/h o 149 mph).
Es crucial elegir llantas con un índice de velocidad adecuado para tu vehículo y estilo de conducción. Usar llantas con un índice de velocidad inferior al recomendado puede comprometer la seguridad, especialmente a altas velocidades. Por otro lado, llantas con un índice de velocidad superior pueden ofrecer un mejor rendimiento y manejo, aunque suelen ser más costosas.
Siempre consulta con el fabricante o un especialista en llantas para asegurarte de seleccionar el índice de velocidad correcto para tu vehículo. Esto te ayudará a mantener la seguridad y el rendimiento óptimo en tus trayectos diarios y viajes largos.
Cuando aparece «ZR» en la designación de tamaño con la descripción del servicio, la velocidad máxima es la indicada en la descripción del servicio:
Para llantas que tienen una capacidad de velocidad máxima superior a 240 km/h (149 mph), puede aparecer una “ZR” en la designación de tamaño. Para llantas que tienen una capacidad de velocidad máxima superior a 300 km/h (186 mph), debe aparecer una “ZR” en la designación de tamaño. Consulte con el fabricante de llantas la velocidad máxima cuando no exista una descripción del servicio.
El sistema de Clasificación Uniforme de la Calidad de los Llantas (UTQG, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo proporcionar datos comparativos sencillos que ayuden a tomar una decisión de compra informada. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas calificaciones se basan en pruebas realizadas bajo condiciones muy específicas. Esto significa que los resultados pueden no reflejar con precisión el rendimiento de las llantas en todas las situaciones, especialmente en lo que respecta a sus hábitos de conducción, condiciones de las carreteras, y otros factores individuales.
El UTQG clasifica las llantas en tres categorías principales: desgaste de la banda de rodadura, tracción y temperatura. Vamos a detallar cada una de estas categorías para entender mejor su importancia y cómo pueden influir en su elección de llantas.
Es esencial recordar que estas clasificaciones son comparativas y basadas en pruebas específicas. Aunque proporcionan una guía útil, la elección final de las llantas debe considerar sus necesidades y condiciones particulares de manejo. Por ejemplo, si usted conduce principalmente en ciudad con buen clima, las calificaciones de tracción y temperatura pueden no ser tan críticas como lo serían para alguien que conduce largas distancias en diversas condiciones climáticas.
La calificación de temperatura de las llantas es un aspecto crucial que se basa en pruebas de alta velocidad realizadas en interiores y que cumplen con los requisitos especificados por el gobierno. Estas calificaciones, representadas por las letras A, B y C (siendo A la más alta y C la más baja), indican la capacidad de la llanta para resistir la generación de calor y disiparlo cuando se prueba en condiciones controladas en una rueda de prueba de laboratorio específica.
La capacidad de una llanta para manejar el calor es vital para su rendimiento y seguridad. Una temperatura alta sostenida puede causar que el material del neumático se degrade, reduciendo su vida útil. Además, una temperatura excesiva puede llevar a una falla repentina del neumático, lo cual es extremadamente peligroso, especialmente a altas velocidades o durante viajes largos.
Calificación C: El grado C corresponde a un nivel de rendimiento que todos los llantas de turismos deben cumplir según la Norma Federal de Seguridad de Vehículos Motorizados N° 109. Esto significa que cualquier llanta de calificación C cumple con el mínimo requerido por la ley para ser considerada segura. Sin embargo, esto no significa que sea la opción ideal para todas las condiciones de manejo.
Calificación B: El grado B representa un nivel de rendimiento más alto que el mínimo requerido. Las llantas con esta calificación manejan mejor el calor que las de grado C, lo que puede traducirse en una vida útil más larga y un mejor rendimiento en condiciones de manejo exigentes.
Calificación A: El grado A es el más alto y representa la mejor capacidad de una llanta para disipar el calor. Las llantas con esta calificación son ideales para condiciones de manejo extremas, como altas velocidades o climas muy calurosos, ya que resisten mejor la degradación por calor y, por lo tanto, son menos propensas a fallar.
Advertencia Importante: Es fundamental tener en cuenta que estas calificaciones se establecen para llantas que están correctamente infladas y no sobrecargadas. La velocidad excesiva, el inflado insuficiente o la carga excesiva, ya sea de forma individual o combinada, pueden causar una acumulación de calor que podría llevar a una posible falla de las llantas. Por lo tanto, para mantener la seguridad y el rendimiento óptimo de sus llantas, siempre asegúrese de que estén infladas a la presión correcta, no sobrecargue su vehículo y evite conducir a velocidades excesivas.
Vamos a interpretar lo que significa un neumático con las siguientes clasificaciones: TREADWEAR 80, TRACTION B, TEMPERATURE C.
Grado de RODAJE
Capacidad de TRACCIÓN
Rendimiento de TEMPERATURA
Es crucial entender que comparar el rendimiento de varias llantas es un proceso complejo y no puede basarse únicamente en los grados UTQG (Uniform Tire Quality Grading). Aquí te explicamos por qué:
Los grados UTQG son calificaciones asignadas por los fabricantes de llantas para medir tres aspectos clave: el desgaste de la banda de rodadura, la tracción y la resistencia a la temperatura. Aunque son útiles para comparar llantas dentro de la misma marca, no son evaluaciones hechas por el gobierno ni se basan en pruebas comparativas entre diferentes marcas.
Conducir con una llanta mal reparada es extremadamente peligroso. Una reparación inadecuada puede ser poco fiable y provocar mayores daños a la llanta, aumentando el riesgo de que falle repentinamente, lo cual puede causar lesiones graves o incluso la muerte. Por esta razón, es fundamental que un profesional calificado en servicio de llantas realice una inspección y reparación completa siguiendo los procedimientos establecidos por la Asociación de Fabricantes de Caucho (RMA, por sus siglas en inglés).
Reparar correctamente una llanta no solo restaura su funcionalidad, sino que también asegura su durabilidad y seguridad. Una llanta bien reparada puede seguir ofreciendo un buen rendimiento y mantener la integridad del vehículo en diversas condiciones de manejo. Sin embargo, ignorar o subestimar la importancia de una reparación adecuada puede llevar a situaciones peligrosas, donde la llanta podría fallar en el momento menos esperado.
Siempre recuerde que las reparaciones de llantas deben ser realizadas por profesionales calificados. Intentar reparar una llanta sin la experiencia y herramientas adecuadas puede resultar en una reparación ineficaz y peligrosa. Además, es crucial seguir las recomendaciones del fabricante de llantas y las pautas de la RMA para asegurar que cualquier reparación se realice correctamente y mantenga la seguridad de su vehículo.
Es importante entender que no todas las llantas pinchadas o dañadas pueden ser reparadas adecuadamente. En algunos casos, es necesario reemplazar la llanta para garantizar la seguridad y el rendimiento óptimo de tu vehículo. Aquí te explicamos en qué situaciones no se debe reparar una llanta:
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