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3 octubre, 2024 - Lectura 3 minutos.
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Autolab / Especificaciones
Los sistemas de tracción en las cuatro ruedas (AWD) son una opción popular entre los conductores que buscan un mejor agarre y control del carro en condiciones de manejo difíciles, como nieve, hielo o terrenos fangosos. Este sistema envía potencia a todas las ruedas del carro, ajustando automáticamente la distribución de la fuerza según la necesidad, lo que ayuda a mantener el control y mejorar la tracción en situaciones donde las ruedas podrían patinar. Aunque es un sistema que ofrece ventajas significativas, es fundamental conocer cómo funciona para maximizar su rendimiento y manejar de manera segura.
La tracción en las cuatro ruedas distribuye la potencia del motor a las ruedas delanteras y traseras, ajustando la cantidad de fuerza enviada a cada eje según las condiciones del camino. Normalmente, estos sistemas tienen una base de tracción delantera o trasera, lo que significa que, en condiciones normales, la mayor parte de la potencia se envía a un solo eje. Sin embargo, cuando los sensores detectan una pérdida de tracción, la potencia se redistribuye automáticamente al otro eje para recuperar el agarre.
Por ejemplo, si estás conduciendo en una carretera nevada y las ruedas delanteras empiezan a patinar, el sistema detecta esta pérdida de tracción y transfiere más potencia a las ruedas traseras. Este ajuste ocurre en cuestión de milisegundos, permitiéndote mantener el control del carro y evitar que se deslice o quede atrapado. Sin embargo, es importante recordar que, aunque la tracción en las cuatro ruedas mejora el arranque y la capacidad de mantener el control en superficies resbaladizas, no garantiza una mejor capacidad de frenado o maniobrabilidad en todas las situaciones, por lo que siempre se debe conducir con precaución.
Imagen realizada IA
Los neumáticos juegan un papel fundamental en el rendimiento del sistema de tracción en las cuatro ruedas. Si vives en una zona con inviernos severos que incluyen nieve y hielo, es vital usar neumáticos de invierno durante los meses más fríos. Estos neumáticos están diseñados con compuestos de goma que permanecen flexibles a bajas temperaturas y con patrones de banda de rodadura profundos que proporcionan un mejor agarre en superficies resbaladizas.
Los neumáticos de invierno mejoran significativamente la tracción en condiciones de frío extremo, a diferencia de los neumáticos de verano o para todas las estaciones, que pueden endurecerse y perder efectividad a bajas temperaturas. Además, los patrones de los neumáticos de invierno están diseñados para canalizar la nieve, el agua y el aguanieve, reduciendo el riesgo de hidroplaneo y mejorando la estabilidad del carro.
Por ejemplo, si intentas conducir sobre una carretera cubierta de nieve con neumáticos de verano, notarás que el carro tiende a patinar y perder el control, ya que estos neumáticos no están diseñados para ofrecer agarre en esas condiciones. En cambio, con neumáticos de invierno, experimentarás un mayor control y seguridad, permitiéndote manejar de manera más confiable en terrenos difíciles.
El correcto mantenimiento de los niveles de fluidos es esencial para el funcionamiento del sistema de tracción en las cuatro ruedas. Componentes clave como la transmisión, la caja de transferencia y el diferencial requieren una adecuada lubricación para evitar el desgaste y garantizar un rendimiento óptimo. Es importante seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a los intervalos de cambio de fluido y utilizar el tipo de lubricante adecuado para tu carro.
Los fluidos de transmisión, caja de transferencia y diferencial ayudan a lubricar los componentes internos y a disipar el calor generado por la fricción. Si los niveles de fluido son bajos o están contaminados, los componentes pueden sobrecalentarse y desgastarse prematuramente, lo que podría resultar en costosas reparaciones y una disminución en el rendimiento del sistema.
Por ejemplo, si no cambias el fluido de la caja de transferencia según las recomendaciones, el fluido puede degradarse y perder su capacidad de lubricar correctamente los engranajes. Esto puede provocar un desgaste excesivo, fallos en el sistema y problemas de tracción. Realizar el mantenimiento adecuado y cambiar los fluidos a tiempo ayuda a prevenir estos problemas y mantiene tu carro funcionando de manera eficiente.
Aunque los vehículos con tracción en las cuatro ruedas ofrecen un manejo superior en condiciones difíciles, esta ventaja suele venir acompañada de un menor rendimiento en cuanto a economía de combustible en comparación con los vehículos de tracción delantera o trasera. Esto se debe a que los sistemas de tracción integral incluyen más componentes, como la caja de transferencia, los diferenciales y ejes adicionales, que aumentan el peso del vehículo y la resistencia mecánica.
El peso extra y la complejidad del sistema significan que el motor debe trabajar más para mover el carro, lo que se traduce en un mayor consumo de combustible. Si tu prioridad es la eficiencia de combustible, es posible que un vehículo con tracción en las cuatro ruedas no sea la mejor opción para ti.
Por ejemplo, al comparar un SUV con tracción en las cuatro ruedas con un modelo similar de tracción delantera, notarás que el modelo AWD tiene un consumo de combustible más alto. Esto se debe al mayor número de componentes que deben ser movidos y lubricados constantemente, lo que aumenta la carga de trabajo del motor.
Los vehículos con tracción en las cuatro ruedas están diseñados con especificaciones estrictas, especialmente en lo que respecta al tamaño de los neumáticos. Para que el sistema funcione correctamente, es crucial seguir las recomendaciones del fabricante sobre el tamaño y la presión de los neumáticos. Usar neumáticos de diferentes tamaños o presiones incorrectas puede causar diferencias en la velocidad de rotación de las ruedas, confundiendo al sistema y provocando un desgaste desigual o mal funcionamiento.
Por ejemplo, si instalas neumáticos de distinto tamaño en un carro con tracción en las cuatro ruedas, el sistema puede interpretar que una o más ruedas están perdiendo tracción y redistribuir la potencia incorrectamente. Esto no solo afecta el manejo del carro, sino que también puede dañar los componentes internos del sistema de tracción. Seguir las especificaciones del fabricante en cuanto a los neumáticos asegura que todas las ruedas trabajen de manera sincronizada y que el sistema funcione como debe.
Imagen Envato
Entender cómo funciona la tracción en las cuatro ruedas y qué cuidados requiere es esencial para aprovechar sus beneficios y mantener tu carro en buen estado. Desde la elección adecuada de los neumáticos hasta el mantenimiento de los fluidos, cada detalle contribuye a un rendimiento óptimo del sistema. Recuerda que, aunque la tracción integral mejora la capacidad de agarre en condiciones difíciles, no sustituye la precaución y el manejo cuidadoso. Asegúrate de seguir las recomendaciones del fabricante y de realizar el mantenimiento adecuado para disfrutar de una conducción segura y confiable en cualquier situación.
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